Cajamar lanza el Flexidepósito

depósitos

Flexidepósitos es la última propuesta que viene realizando Cajamar a los ahorradores que quieren mantener sus capitales bajo la seguridad de un producto que garantiza la totalidad de las aportaciones, y generando una rentabilidad mínima. Y que en cualquier caso, evitan asumir los riesgos de otros productos más complicados para contratar, especialmente provenientes de la renta variable.

Es un depósito multiopcional, con rentabilidad garantizada fija, y con la recuperación del 100% del capital al vencimiento. Puede contratarse con distintas periodicidades de abono de intereses y de plazos de duración: mensual, trimestral, semestral y anual, con y sin renovación al vencimiento.

En abono de intereses es opcional, a través de una aportación mínima de 600 euros, y múltiplos de 200 euros. Y en donde una de las principales características que aporta este producto bancario es que está permitida la cancelación anticipada total o parcial.

Por lo que respecta a su fiscalidad, hay que mencionar que los intereses generados por este depósito se consideran rendimientos del capital mobiliario y están sujetos a retención fiscal, según la normativa fiscal vigente.

Otros elementos para su valoración residen en que la rentabilidad está garantizada y con libre elección de la fecha de vencimiento, sin riesgos para la inversión y con liquidez, mediante su posible cancelación anticipada.

La penalización por cancelación anticipada es del 2,00% sobre el capital, aplicable sobre el período más ventajoso para el cliente: desde la apertura a la cancelación, o desde la cancelación al vencimiento, sin que el importe pueda exceder los intereses devengados (cobrados o no). Cuando se realice la cancelación anticipada sin que hayan transcurrido 28 días desde la apertura, no se practicará liquidación de intereses alguna.

En cualquier caso, se trata de la principal de la entidad mediterránea para que los usuarios traten de apurar los márgenes de rentabilidad en estos productos. Ante un escenario, como el actual, en donde la remuneración de los mismos no es satisfactoria para sus depositantes. Donde, por otra parte, raramente se consigue superar la el umbral del 1%, y ante la falta de competitividad de los depósitos a plazo.