No todo lo que se vende como producto financiero puede generar realmente beneficios. Existen activos denominados tóxicos, sobre todo depósitos de dudosa procedencia que suelen prometer un interés muy alto pero que a la hora de la verdad resultan en no ser tan beneficiosos o incluso son auténticas estafas. Esto sucedió recientemente con las preferentes que han causado tantos problemas a los bolsillos de muchos ciudadanos.
Para saber si un depósito es una inversión de calidad o no, lo mejor es dejarse llevar por el sentido común. Si un producto financiero es demasiado bueno como para ser cierto, es que seguramente no lo es. Antes de plantearse depositar un solo euro en algún tipo de inversión es conveniente leer toda la letra pequeña. Puede resultar un tanto tedioso, pero debemos recordar que lo que estamos arriesgando es nuestro dinero, y que algunas veces ese dinero nos puede hacer falta en un espacio relativamente corto de tiempo. No hacer caso a esta advertencia podría llevarnos incluso a la ruina o sumirnos en la indigencia, de modo que debido a la gravedad de la decisión lo mejor será que nos sentemos y vayamos analizando punto por punto todo el contenido de los contratos que vayamos a firmar. Solo así podremos saber si estamos acertando con nuestra inversión o si es mejor que busquemos en otro sitio.