Tras acabar con el sistema público de pensiones ahora van a por el privado (I)

pensiones privadas

El otro día Alejandro se indignaba con el dato que remarcaba el WSJ sobre la inversión masiva del Fondo de Reserva en Deuda Pública española. En este sentido, más vale que nos vayamos haciendo a la idea de que el sistema de reparto, con los parámetros actuales, está muerto. Pero no nos engañemos, después de haberse cargado el sistema público, nuestros políticos pretenden acabar con el sistema privado de pensiones. Y tienen numerosas opciones para ello.

Todavía existe un gran número de españoles incapaz de comprender que, en las cuentas del estado, no hay un compartimento con su nombre asociado a unos fondos que han ido detrayéndole para su futura jubilación. En un sistema de reparto los pensionistas de hoy cobran de los trabajadores de hoy. A esto, eufemísticamente se le denomina solidaridad intergeneracional, ponedle el nombre que queráis vosotros.

Para que este modelo funcione son necesarias una serie de variables demográficas(población activa), de tasa de desempleo, de productividad de los trabajadores, etc. Y por supuesto, es necesario manejar el sistema con rigor, evitando que deterioren la financiación del sistema supuestos no previstos (veánse prejubilaciones y otras soluciones no traumáticas, otro eufemismo para referise al asalto a las cuentas del modelo para resolver los problemas de determinados sectores).

El caso es que este modelo hace aguas, que sus presupuestos no se cumplen, y que cuando acaben de reformarlo va a resultar irreconocible. Nos podemos ir olvidando de disfrutar de pensiones como las que entran en la casa de nuestros mayores hoy por hoy. Y eso es achacable al propio sistema, que apuesta por el crecimiento perpetuo de economías cerradas, pero también a la catastrófica gestión de los que lo lideran, políticos y sindicatos.

Una vez han roto el juguete, parece que se apuntan a acabar con las pensiones privadas, no vaya a ser que alguien consiga escapar al triste destino que nos espera.

Deslegitimando las pensiones privadas para apoderarse de ellas

Lo primero que debemos hacer antes de acabar con algo o con alguien es deslegitimarlo, machacarlo, minar sus apoyos. Y cuando hablamos de sistemas privados complementarios de la Seguridad Social como los planes de pensiones, las mutualidades profesionales, las EPSVs, los PPAs, etc…uno observa que hace ya tiempo que se ha desatado una campaña potente en su contra. ¿De qué se les acusa? Básicamente son dos las líneas esgrimidas:

  • De ofrecer rentabilidades muy bajas, de las que acusan a la gestión de los grupos financieros que están a su cargo.
  • De financiar las pensiones de los ricos a cuenta de los pobres, vía la desgravación en el IRPF de estos productos.

Es curioso que incluso ambas lineas coincidan en algunos acusadores, aduciendo que su única rentabilidad es la fiscal. Por un lado les fastidia que haya personas que se beneficien de los planes de pensiones, y por otro dicen que no se benefician lo suficientemente, que financieramente no obtienen lo que se merecen. Un poco ambivalente.

En este primer post de la serie nos vamos a centrar en el segundo punto, y concretamente en explicar cómo las pensiones privadas contribuyen clamoramente al mantenimiento del Estado del Bienestar, a pesar de lo que algunos creen y desean.

¿Qué se esconde tras las pensiones privados? Papá Estado

Os invito a leer la nota de prensa de INVERCO publicada en septiembre, de donde podemos extraer que la rentabilidad media de los planes de pensiones es el 4,80%. Sin embargo esta cifra debe matizarse oportunamente, ya que es la media obtenida entre las distintas clases (renta fija a corto, a largo, mxtos, renta variable, etc…). Profundicemos un poco más en dichos datos, teniendo en cuenta que no estan ni las mutualidades, ni los PPAs ni las EPSVs, pero si más de 82.000 millones de euros, y que son el referente en materia de pensiones privadas en España.

Inverso saca pecho en esta nota, y en la más breve de diciembre, respecto a las rentabilidades, hablando de que se supera la inflación. Cabe preguntarse si siendo este un objetivo loable, es suficiente para convencer a un inversor. Y si lo comparamos con la rentabilidad de la deuda pública no parece que colme las expectativas. Claro que esto parece un poco difícil , por los motivos que explicaremos en el siguiente post de la serie, pero que se pueden deducir perfectamente de éste.

La inmensa mayoría de los españoles se decanta por centrarse en planes de pensiones de renta fija o garantizados. Esto era en buena medida así antes de la crisis, y con la crisis se ha agudizado bestialmente. Claro que esa demanda de los inversores es alimentada por las campañas de las gestoras de planes que entienden que el mejor producto que pueden colocar a sus clientes son los de este tipo. Eso explica, en parte, el brutal incremento de la inversión en renta fija pública española. Si en el 2007 tenía un peso del 11% en las carteras, hoy tiene un 33%. Se ha multiplicado por 3. Atentos a la imagen que encabeza el post que da auténtico pavor.

Resulta tremendamente curioso que los mismos ahorradores que apuestan por la seguridad decantándose por la renta fija pública, lo hagan por la renta fija española, mientras que la renta fija extranjera pasa del 11% al 5%, es decir se reduce a menos de la mitad. Extraño no, lo siguiente.

¿Conclusión? Los planes de pensiones, que los defensores del intervencionismo satanizan, contribuyen al sostenimiento de su sagrado Estado acogiendo emisiones de renta fija. Buena parte de las colocaciones de deuda pública española tienen como destino las pensiones privadas españolas. Vamos, que si lo juntamos con lo del Fondo de Reserva, veo tu apuesta y la doblo.

Por tanto, lejos de lloriquear con lo de las desgravaciones fiscales, los defensores de la cosa pública deberían estar calladitos, ya que esos supuestos ricos lo que están haciendo es financiar el déficit público como campeones. O mejor dicho, lo están haciendo las gestoras de las instituciones de inversión colectiva que gestionan dichos ahorros. ¿Para quién trabajan? Para ellos mismos desde luego, pero en segundo lugar, y antes del cliente, parece que existe una especial colaboración con las Administraciones Públicas asegurando el éxito de determinadas colocaciones (y quien habla de planes, puede hacerlo de fondos).

En resumidas cuentas, digamos que nuestras entidades financieras tiene bien claro que hay que tener contentas a las Administraciones Públicas. Para ello compran importantes paquetes de deuda pública que luego distribuyen entre sus planes de pensiones, sus fondos de inversión o bien vía cesión de activos a sus clientes finales. Y si hablamos de pensiones privadas, aprovechan y estimulan el desconocimiento financiero de los clientes para orientarles sistemáticamente hacia la renta fija o los garantizados, cargados de estos activos (y descargados de renta fija extranjera).

Llegado este punto, la lectura de los artículos 70 y siguientes del Reglamento de Planes y Fondos de Pensiones mueve a la risa. Lo cierto es que el partícipe que cree que esta ahorrando al margen del sistema público lo hace sólo en cuanto que recurre a un sistema de capitalización. Pero, finalmente, vincula su su suerte, al igual que el que lo hace con uno de reparto, a las cuentas de papa Estado español en buena medida. ¿Es esto lo que entienden por diversificación?, ¿acaso la deuda publica del gobierno, o la de las CCAAA o Ayuntamientos no pertenece en el fondo a misma realidad estatista hispana, con la misma garantía final detrás de ella?

Continuaremos con este tema durante la semana. Permanezcan atentos a sus pantallas.

PD: la apertura de esta serie no implica que renuncie a mi compromiso de tratar una por una las entidades financieras “éticas” que citaba en un artículo anterior. Para el próximo fin de semana tendremos la primera entrega.

Más información | Inverco
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