Así es como se conoce a una de las medidas que se han tomado con el fin de evitar que las entidades financieras vuelvan a caer en la condición en la que se ha llegado y que nos ha arrastrado a todos a esta crisis en la que nos hemos visto inmersos.
El SAREB, que es en realidad como se llama el banco malo, se encarga de recoger sobre todo depósitos que no se pueden pagar así como bienes de todo tipo, principalmente viviendas que han sido embargadas por no poder pagar las hipotecas y proyectos urbanísticos que no se han podido liquidar o que las constructoras no han podido vender en su conjunto, con el fin de poder hacer viable una solución mientras que las entidades con productos rentables pueden volver a estabilizarse para abrir las condiciones al crédito que tan necesario es hoy para que las empresas continúen sus planes de desarrollo y se vuelva a crecer y crear puestos de trabajo, que es lo que todo el mundo quiere y que es lo único que puede lograr que algún día consigamos salir de la crisis en la que nos hemos visto envueltos.
Algunos de los proyectos de los que se ha hecho cargo esta entidad están comenzando a ser rentables, de modo que incluso puede que haya luz al final del túnel.