¿Qué rentabilidad nos ofrecen los depósitos actualmente?

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No es un período adecuado para suscribir depósitos a plazo, de cualquier clase y naturaleza, ante la bajada de la rentabilidad de estos productos bancarios durante los últimos ejercicios. Como consecuencia del abaratamiento del dinero por parte del banco central europeo. Y cuyas perspectivas indican que seguirá así al menos durante unos años.

Actualmente el tipo de interés que generan las imposiciones raramente sobrepasa la barrera del 1%. Totalmente insuficiente para los intereses de muchos ahorradores, que hasta hace unos 10 años obtenían por estos mismos producto una remuneración que podría alcanzar el 7%. Pero estos tiempos no volverán, por lo menos durante muchos años, y para desesperación de los muchos clientes que tenían estos diseños para el ahorro.

Ahora la única posibilidad de mejorar las condiciones se basan en vincularlos a otros activos financieros (bolsa, fondos de inversión, materias primas…), a través de una rentabilidad garantizada mínima y la revalorización de la cesta de acciones. O más modestamente, acudiendo a las ofertas para nuevos clientes o promociones de bienvenida. Pueden llegar hasta 1,50%, pero con periodos de permanencia muy cortos.

No es extraño, que para mejorar estos márgenes en los intereses los usuarios bancarios se decanten por otros productos. Y entre los cuales destacan los fondos de inversión monetarios o de renta fija, que sin tener unas perspectivas generosas para los ahorros, sí que les permiten albergar la esperanza de batir estos porcentajes tan débiles.

Otra alternativa consiste en acudir a los depósitos a plazos mayores, entre 24 y 48 meses, aunque su mejoría solamente se logará en unas pocas décimas, y todo ello partiendo de una inmovilización del capital más duradero, y que planteará a sus depositantes si merece la pena alargar los plazos para ampliar mínimamente su rentabilidad.

En cualquier caso, se tratan de las opciones más cercanas para desligarse de unos intereses mínimos, que cada vez es más difícil de asumir. Especialmente en un período de expansión de los valores procedentes de la renta variable, y que pueden ser suscritos por medio de sus diferentes formatos para la inversión.