Depósitos ¿mejor que pagarés bancarios?

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En el actual escenario económico internacional muchas son las dudas que se les plantean a los pequeños ahorradores sobre su posicionamiento en los productos de renta fija. Como consecuencia del abaratamiento del dinero tras la decisión del banco emisor europeo de poner los tipos de interés casi si valor.

Ello ha contribuido a que las opciones que dispongan en estos momentos sean más que insuficientes, y todas ellas no satisfactorias para sus intereses. El debate se centra especialmente sobre dos de los dos productos más característicos de estos mercados financieros, como son los depósitos a plazo y los pagarés bancarios.

¿Cuál de ellos puede satisfacer nuestra necesidad de buscar una rentabilidad óptima? Por desgracia ninguno de los dos. No en vano, se mueven bajo unos márgenes muy débiles, entre el 0,30% y 1,00%, pero con especiales formatos, que podrán ser elegidos en función del perfil de los ahorradores.

Mientras en los pagarés la rentabilidad se cobra al momento, cuando se formaliza el producto, en las imposiciones generalmente es a su vencimiento. Aunque durante los últimos se están desarrollando modelos que hacen los magos mensual, trimestral o anualmente para favorecer la liquidez de los depositantes.

Otra característica entre ambos modelos reside en la mayor garantía de las imposiciones, ya que en caso de quiebra de la entidad podrá recuperarse hasta 100.000 euros, mientras que en el otro producto bancario esta posibilidad no está presente, con lo que el riesgo que asumen los usuarios es francamente mayor.

En cualquier caso, son productos diseñados sin comisiones ni gastos de gestión, que son muy fáciles de contratar, ya que pueden suscribir en formato online cómodamente desde caso en otro lugar donde estén los suscriptores. Y todos ellos, desde cantidades muy módicas ya que son asequibles para todas las economías domésticas.

Desde 1.000 euros se formalizarán las operaciones a través de un producto que está presente en todas las ofertas que vienen desarrollando los bancos, y que están disponibles en sus páginas web a través de una renovación de los mismos, en función de la evolución de los mercados.