Guerra en los bancos para captar a los clientes a través de los depósitos

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Los bancos están llevando una peculiar guerra para captar los ahorros de sus clientes a través de los depósitos a plazo. No es que ofrezcan grandes revalorizaciones. Por supuesto que no, ya que se rigen por tipos de interés muy poco atractivos para los usuarios bancarios. Oscilan entre el 0,30% y 1,00%, y raramente se desvían de estos márgenes tan estrechos que reciben los impositores.

Ante este contexto general, las entidades financieras no se han amilanado. Todo lo contrario, lanzan importantes campañas para promocionar sus productos, a pesar que están en una rentabilidad en mínimos históricos.

Y a pesar de todo, desarrollan todo tipo de estrategias comerciales: ofertas, por internet, vinculados a otros activos financieros, etc. Y con un objetivo que no es otro que convencer a los destinatarios que su producto es el mejor.

Tanto es así que los bancos lanzan sus mejores promociones y ofertas para atraer tanto a clientes propios como a nuevos usuarios. Es el gancho que disponen en estos momentos para captar el dinero de los clientes de la competencia. Otra disyuntiva que se plantea es si realmente merece la pena contratarlos, en muchas de las ocasiones cambiando de banco.

Las promociones tratan de mejorar los niveles de rentabilidad de las entidades rivales. Cierto pero en muchos casos no merece la pena hacerlo porque los plazos de permanencia son muy cortos, sin rebasar los 6 meses, y hasta con un máximo en las aportaciones remuneradas muy bajo, en torno a 5.000 euros.

Todas estas características propician que no haya mucho interés para estos depósitos. Y eligiendo otros tratamientos diferentes, incluso optando directamente en la renta variable, ante las buenas perspectivas que se vislumbran para estos mercados financieros.

De cualquier forma, siempre habrá oportunidades para mejorar la rentabilidad, aunque el tipo de estos productos está en el 5%, aunque para propuestas muy limitadas y puntuales. En donde serán para un tiempo limitado, y por supuesto, para un saldo acumulado que no favorece las expectativas de los clientes, que siempre quieren algo más.